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EL VICIO DEL PODER
2019, BIOPIC, USA, 133 minutos
Director: ADAM McKAY
Interpretes: CHRISIAN BALE (Dick Cheney), AMY ADAMS (Lynn Cheney), STEVE CARELL (Donald Ramsfield), SAM ROCKWELL (George W. Bush), TYLER PERRY
Guion: Adam McKay. Música: Nicolas Britell. Fotografía: Greig Fraser. Producción: Brad Pitt, Steve Carell, Adam McKay
CALIFICACIÓN: 8, muy interesante
TEMAS: políticos, negocios, corrupción, guerra, elecciones
ARGUMENTO
Cuando en el año 2000 el joven e incompetente George W. Bush, busca un candidato a la presidencia que le acompañe, el elegido es Dick Chaney, que acepta a cambio de que la vicepresidencia sea realmente ejecutiva encargándose de una buena parte de la administración que reparte los dineros. Tras las elecciones, Chaney convence a Bush de que deja a su cargo esas tareas tan aburridas de administrar el país y forma un pequeño equipo, al margen del gobierno, que es el que realmente toma las decisiones más importantes de Estados Unidos. Por supuesto, bajo el criterio de lo que importante ees lo que más beneficios aporta para su grupo de amigos y financieros.
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COMENTARIO
Espero que la puedan resucitar los Óscar porque esta película monumental ha pasado bastante desapercibida.
Se trata de una biografía “sui generis” de Dick Cheney. Lo conocemos en sus tiempos jóvenes en los que es su esposa la que tiene que cambiarlo a base de broncas y evitar que esté todo el día borracho. Ella es en realidad, la sagaz inteligencia de los Cheney. Cómo un tipo así puede llegar hasta la vicepresidencia y tener un poder tan grande como para cambiar la historia, es algo que la película trata de mostrarnos porque no se llega a entender. El que un incompetente como Bush hijo fuera elegido presidente se explica por el pucherazo de Miami, amparado por la connivencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Los dos son los culpables de la desestabilización del mundo, cuando los grandes bloques habían caído y se ofrecía un camino hacia la paz. Ellos fomentaron el fanatismo integrista musulmán y no dudaron en mentir a todos los organismos internacionales. Lo increíble es que no se hayan sentado en el banquillo del Tribunal de la Haya.
Todo esto nos cuenta esta apasionante película que tiene mucho de desenfado, de denuncia política y de valiente toma de postura. Utilizando una voz en off que hace de narrador y con un tratamiento pseudodocumetal, nos hace un recorrido lúcido por la primera década del segundo milenio. Realmente es una película insólita.
Jesús Fco. Riaza |
